Según el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2018 publicado este lunes, la tasa de desempleo mundial se estabilizó después de un incremento en 2016. Se calcula que en 2017 se situó en 5,6 %, con un número total de desempleados superior a los 192 millones.
Pero esa tasa varía entre el 4,8 % de Estados Unidos previsto para el 2018 y el 15,4 % de España o el 19,5 % de Grecia.
Una de las principales preocupaciones de la Organización Internacional del Trabajo es que el crecimiento del empleo no será suficiente para absorber el aumento de la fuerza de trabajo en los países emergentes y en desarrollo.
Además, aun cuando el desempleo mundial se ha estabilizado, los déficits de trabajo decente siguen estando muy extendidos y la economía mundial todavía no crea empleos suficientes.
Por tanto, “es necesario desplegar esfuerzos adicionales a fin de mejorar la calidad del empleo para las personas que trabajan y garantizar que las ganancias del crecimiento sean distribuidas equitativamente”, declaró el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder.
El informe pone de manifiesto que los avances alcanzados en el pasado en la reducción del empleo vulnerable o precario se han estancado a partir de 2012. Esto significa que cerca de 1400 millones de trabajadores ocupaban un empleo vulnerable en 2017, y se prevé que otros 35 millones se sumen a ellos para 2019. En los países en desarrollo, la situación es desbordante, ya que tres de cada cuatro trabajadores no tienen un empleo decente.
La economía verde, nuevo motor de empleo
La gran oportunidad laboral en los próximos años se presenta en la llamada economía verde.
“El cumplimiento de los Acuerdos de París creará 24 millones de empleos en el mundo”, aseguró Catherine Saget, autora del informe, que explicó que 163 sectores económicos se verán beneficiados, entre ellos el de la energía basada en fuentes renovables, donde se originarán 2,5 millones de puestos de trabajo nuevos.
Tan sólo dos sectores se verán afectados negativamente, el de la extracción de petróleo y el de la refinería, que mostrarán una pérdida de un millón de puestos de trabajo.
Saget añadió que “la economía verde puede permitir que millones de personas más superen la pobreza, y proporciona mejores medios de subsistencia para esta generación y las futuras. Este es un mensaje muy positivo, una oportunidad en un mundo de opciones tan complejas”.
Los nuevos empleos serán creados a través de la adopción de prácticas sostenibles en el sector de la energía, incluyendo cambios en la combinación de fuentes de energía, la promoción del uso de vehículos eléctricos y la mejora de la eficiencia energética de los edificios.
Los servicios ecosistémicos, que incluyen la purificación del agua y el aire – la renovación de los suelos y la fertilización, el control de las plagas, la polinización y la protección contra las condiciones climáticas extremas – apoyan, entre otros, la agricultura, la pesca, la silvicultura y el turismo, que emplean a 1200 millones de trabajadores.
Pero el incremento previsto de la temperatura hará que el estrés térmico sea más común, sobre todo en la agricultura. Esto puede causar problemas de salud como el agotamiento o el golpe por calor. El informe estima que, a nivel mundial, el estrés térmico causará una pérdida del 2 % de horas trabajadas de aquí a 2030 debido a las enfermedades.
Aumenta la presión sobre los mercados laborales
Mirando al futuro, los cambios estructurales y el envejecimiento aumentarán la presión sobre los mercados laborales.
El sector de los servicios será el principal motor del futuro crecimiento del empleo, mientras que sigue disminuyendo en la agricultura y en la manufactura.
Dado que el empleo vulnerable e informal prevalece tanto en la agricultura como en los servicios de mercado, los cambios del empleo previstos podrían tener sólo un potencial limitado para reducir los déficits de trabajo decente, si no están acompañados por grandes esfuerzos políticos para estimular la calidad de los empleos y la productividad en el sector de los servicios.
El informe también analiza la influencia del envejecimiento de la población. Muestra que el crecimiento mundial de la fuerza de trabajo no será suficiente para compensar la rápida expansión de la población de jubilados. La edad promedio de la población activa debería pasar de un poco menos de 40 años en 2017 a más de 41 años en 2030.
En este vídeo, la OIT ofrece un resumen de la situación actual del empleo en todo el mundo. (Pulsa sobre los subtítulos y podrás verlo en español).